domingo, 6 de febrero de 2011

GENEROSIDAD VS. MEZQUINDAD

Mezquindad vs. Generosidad

Quisiera compartir con ustedes, ciertas inquietudes sobre un tema que me provoca una sensación muy intensa, como si descubriera algo nuevo, pero en realidad es muy viejo.

¡La mezquindad! Recordando a Moliere en “El Avaro”, nos mostraba el lado más mezquino y egoísta del ser humano, donde el dinero y el poder, minimizan todo tipo de sentimientos.

¿Serán los miedos a perder, lo que nos hace retornar con la ilusión de que no se perderá nada? Y sin embargo se nos pierden los días, los años, LA VIDA.

Y tendrá que ver con los afectos, el tesoro maravilloso que logramos conseguir con un abrazo, por un abrazo, un llamado, un tiempo sensible con el que se convoca, desde la generosidad y la abundancia, la llama ardiente del amor.

El dinero no es sólo el vehículo de la generosidad, a veces sí de la mezquindad. Es la cara oculta de la mezquindad afectiva.

En cambio, en el encuentro, al abrir el corazón, se generan amorosamente situaciones o momentos de alegría que son los convocantes positivos de ese encuentro.

El gran tema la mezquindad, cuánto se ahorra en el otro, con el otro. El dinero, se junta, se guarda, se cuenta, ¿y dónde está el otro? ¿Y dónde está el yo?

Cuántos derechos y cuantos deberes. ¡Se debe…y se quiere!

Entonces, los que fueron nuestros valores; la solidaridad, la amistad, el tiempo, se “pierden”. ¿Cómo es que al pasar el tiempo se pierde el deseo de generar espacios generosos? ¿Qué significa la generosidad? ¿Es la necesidad de dar? ¿Cómo fue eso de que algunos vinieron a este mundo para ser servidos, y otros para servir? Quiza la generosidad nos permita, egoístamente el placer de reconocer cuanto valemos o somos con ese otro.

El resultado de solo dar, es el vaciamiento El resultado de solo recibir, es el desborde. ¿Qué se genera, entonces con uno solo de los polos? Violencia, desamor, aislamiento, distancia, desafecto, empobrecimiento. El equilibrio está en el dar y recibir.

Quizás, sí reconocemos que son ingredientes humanos y que nuestro trabajo es tenerlos en cuenta, como polos asimétricos; que en el reconocimiento del valor del amor, se produce la riqueza y el poder de la posibilidad.

El término generosidad proviene del latín, generosus, concepto que hace referencia a la procedencia noble y virtuosa de un individuo. Si bien en La Antigüedad la palabra se relacionaba más que nada con una cuestión de linaje y nobleza, hoy en día es utilizada para marcar la virtud de entregarse para el beneficio de quien más lo necesita.

Lo opuesto de la generosidad y del altruismo es el egoísmo, aquel rasgo que se basa en la extrema importancia dada a uno mismo por sobre los demás. Si bien las sociedades actuales muestran un alto índice de egocentrismo e individualismo (causado por el interés en lo material y en la satisfacción de las necesidades propias), también hay significativas muestras de solidaridad que pueden expresarse en eventos específicos (ante una catástrofe) o en hechos simples de la vida cotidiana.

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